Mindfulness y envejecimiento

La palabra Mindfulness está cada vez más presente en nuestra vida. La escuchamos por la televisión, la leemos en periódicos y revistas, y cada vez más personas de nuestro alrededor lo practican. Pero, ¿qué es el mindfulness y qué posibilidades de aplicación tiene en el área de las personas mayores?

El Mindfulness tiene su origen en ciertos tipos de meditación que se realizaban en Asia desde hace más de mil años. Jon Kabat Zin, prestigioso profesor de Medicina estadounidense, es la figura que ha acercado el Mindfulness a Occidente. Tras pasar un periodo en la India estudiando y formándose en la filosofía budista y la meditación, comenzó implantando un programa de reducción del estrés basado en el Mindfulness cuando volvió a su país natal. Este autor define el Mindfulness como “prestar atención intencional al momento presente, sin juzgar“. En nuestro día a día, estamos constantemente ocupados en muchas actividades, y nuestra cabeza va saltando casi frenéticamente de un pensamiento a otro: cosas que tenemos que hacer durante la jornada, algo que ocurrió el día anterior, ese viaje que estamos organizando, la cita médica que tenemos a finales de la semana… Por eso, a menudo no prestamos atención a lo que está ocurriendo en el momento presente. Tal y como explican desde la Sociedad de Mindfulness y Salud: “Mindfulness permite reconocer lo que está sucediendo mientras está sucediendo, aceptando activamente el fluir de la experiencia tal cual se está dando”.

En los últimos 30 años, esta práctica está adquiriendo cada vez más importancia en las áreas de la medicina y la psicología, utilizándose con éxito como herramienta ante problemas diversos tales como la depresión, la sintomatología ansiosa, el estrés, como parte del tratamiento en enfermos de cáncer, dolor crónico, etc. así como para fomentar el bienestar de personas sanas. 

¿Y qué ocurre entonces en el área de las personas mayores? Al igual que en otras, se han observado diversos beneficios asociados a la práctica de Mindfulness en personas de estas edades. Algunos de ellos serían un mejor control de la ansiedad, mejoría en los problemas de insomnio, fomenta una mayor capacidad de concentración, ayuda en el manejo del dolor, mejora de las habilidades sociales, etc. (Mas información en este articulo de Mayte Mayte Vázquez Resino en GeriatricArea)

Son muchos los estudios que se están realizando en los últimos años para comprobar el efecto que esta práctica puede tener en el bienestar de las personas mayores. Algunos de ellos respaldan sus beneficios en alteraciones tales como el insomnio, el dolor crónico de espalda, incluso parece tener un efecto positivo en la memoria y las funciones ejecutivas.

Asimismo, tiene efectos favorables en personas que tienen enfermedades neurodegenerativas por lo que su papel, especialmente desde la prevención de este tipo de patologías, puede ser muy interesante. Y no solo para las personas que padecen este tipo de enfermedades, sino también para aquellos que ejercen el imprescindible rol de cuidadores. Como sabemos, muchas de las personas que ejercen este rol presentan cuadros de estrés y ansiedad, sintomatología depresiva, dificultades para dormir, etc. El mindfulness está demostrando ser una herramienta útil para el manejo de estas alteraciones derivadas del cuidado.

Si te interesa saber más, no te pierdas el próximo curso de «Mindfulness para cuidadore que estamos preparando en memoriK. Aprenderás más acerca de esta práctica y podrás usarla en tu día a día para fomentar tu bienestar.

Alba Zamorano
Neuropsicóloga

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